No hay que ser experto para entender el contexto económico y político mundial.
Crisis, mercado financiero, liquidez, hipotecas, valores inmobiliarios, productividad norteamericana, salvataje, bolsas que caen y suben, especulación, quiebra y rescate de aseguradoras, bancos de inversión, pérdida de valores, contracción financiera, inyección, riesgo, ganancias fáciles, desaceleración de la economía, organismos financieros reguladores, entre muchos más son todos conceptos que en los últimos tiempos invaden los diarios y las pantallas.
Aunque, con esas nociones los medios de comunicación tratan de dar cuenta de la situación económica que se vive a nivel mundial, muchas veces es difícil comprender qué significan.
Por eso, psicofxp.com habló con Jorge Morgenstern, Economista Jefe de MVAS Macroeconomía, para entender desde otra perspectiva el panorama político-económico mundial.
P: ¿Qué es una crisis financiera?
JM: Genéricamente, es un momento en que la gente cambia su percepción respecto de la ganancia que va a poder obtener con las inversiones hechas. Como ese cambio se da en un contexto pesimista, busca sacar su plata de lugares en los que desconfía y llevarla a otros más seguros.
En el caso actual norteamericano, ir de inversiones en activos financieros sofisticados, préstamos a bancos o acciones a títulos del gobierno estadounidense u otros activos “seguros”, como el oro.
Una figura muy utilizada en los mercados financieros es que siempre hay una lucha entre la avaricia (o la esperanza, para hacer más agradable la cita) y el miedo. En tiempos de expansión prima la primera, la búsqueda de más ganancia y la esperanza de lograrla. En tiempos de crisis, domina el miedo y la búsqueda de refugios seguros.
P: ¿Qué implica y qué efectos trae la compra de un banco por otro?
JM: Cuando ocurre en un contexto traumático como los casos recientes, implica que un banco tuvo que reconocer un menor valor en sus activos o pérdidas fuertes que podrían llevar a que los que tienen acciones del mismo crean que su valor va a caer mucho o que directamente puede extinguirse. Entonces, es absorbido por otro más grande y sin ese tipo de problemas.
Además, el comprador es alguien que, dentro de todos los bancos puede tener algo especial para ganar con el banco comprado. Típicamente, que éste tenga más presencia en mercados que el banco comprador no.
Un fenómeno especial de las últimas semanas es que cierto tipo de bancos, los mencionados bancos de inversión estadounidenses han sido los que, por haber basado buena parte de su negocio en los últimos años en el tipo de activo que ahora resulta más “tóxico” poseer, más problemas encontraron. Así, o quebraron, o fueron absorbidos por otros o pidieron cambiar de actividad y pasar a ser bancos comunes (“comerciales”) que reciben depósitos del público minorista en caja de ahorro y plazos fijos. Esto último implica, por otra parte, pasar a estar mucho más regulados en sus actividades y seguramente no conseguir las ganancias que obtenían antes. Por ejemplo, se encontrarían con que sólo pueden invertir una proporción menor de los depósitos que reciben.
P: ¿Qué significa inyectar dinero en el sistema financiero?
JM: En realidad, más que inyectar dinero lo que hacen los bancos centrales es entregar títulos públicos de deuda del país que tienen en su poder, recibiendo a cambio un interés y títulos que las instituciones financieras tengan en su activo. Especialmente, los bancos centrales se están haciendo cargo de recibir aquellos activos de los que otros sospecharían. Los títulos públicos no son sospechados y pueden ser vendidos para obtener fondos si estas instituciones lo necesitan.
En esta crisis, el origen y el centro no está en el mercado accionario, sino en las bolsas. Más relevantes que los vaivenes de las acciones (que, igualmente, son un reflejo de las expectativas a futuro para el sistema financiero y para la economía en general, según la empresa que se trate), es esta falta de liquidez en los mercados financieros. El centro del funcionamiento de éstos es que, cada día, el banco con excedentes le presta al que necesita. Por estos días, estas operaciones están mostrando tasas de interés exorbitantes a comparación de tiempos normales.
P: Ahora se especula bastante sobre los efectos de la crisis, pero de acá a un año, ¿cómo podría repercutir la crisis en los diferentes países?
JM: Buena parte del empuje de las economías tiene que ver con la capacidad del sistema financiero para “crear” dinero, ya que de cada peso depositado prestan una parte que aumenta el dinero circulante en la economía y permite realizar emprendimientos o compras a los agentes económicos. El efecto directo de esta crisis es una desaceleración del crédito y con ello menos inversiones, emprendimientos y posibilidad de endeudarse por las personas para realizar compras.
El otro efecto es que se espera menor crecimiento en la economía norteamericana y la de otros países desarrollados y, probablemente, en otros países relevantes en desarrollo (China, India, Rusia, Brasil). Ese menor crecimiento implica menor demanda de bienes en la economía mundial, incluyendo a las exportaciones. Además, para aquellas que se negocian en mercados internacionales (commodities), menor demanda implicaría precios menores o al menos sin el fuerte crecimiento que venían teniendo. Eso implica menor ingreso de dólares a los países por la venta de esos productos.
P: Más específicamente, ¿qué consecuencias traerá en la economía de las personas?
JM: Más dificultades para obtener crédito, menor demanda de ventas y de trabajo, a medida que los efectos se van trasladando de un sector a otro.
P: ¿Qué hay de cierto en que a partir de esta crisis, Estados Unidos pierde parte del poder que lo posicionó como potencia mundial?
Nada. Esta crisis no cambia eso. Por un lado si es claro que China está teniendo cada vez más relevancia en la economía mundial, pero no hay influencia de la crisis en eso. Un dato interesante es que, por ahora, los títulos del tesoro norteamericano siguen siendo el refugio de los inversores cuando prevaleció el miedo. Eso, pese a que EE.UU. ha aumentando de forma significativa su deuda en los últimos meses. También, de todo el mundo los bancos centrales siguen, por ahora, buscando esos títulos cuando tienen que elegir en qué invertir sus reservas.
P: ¿En qué se parece y en qué se diferencia esta crisis de otras?
JM: Se parece a otras crisis en el sentido que se trata de una burbuja que reventó implicando que riqueza que se creía que se había creado (el valor que llegaron a tener las casas en Estados Unidos, el valor de las acciones de la Bolsa) se termina por destruir, aunque también podría decirse que se “sincera”.
Se diferencia de otras respecto de la respuesta del sector de la política, que ha sido correcta, aunque quizás sin la efectividad o previsión óptima. Se bajaron las tasas de interés y se devolvieron impuestos por US$ 150 mil millones para intentar impulsar la demanda. Simultáneamente se busco dar activos líquidos (aceptados por el mercado) a las instituciones financieras que tuvieron algunos problemáticos y necesitaran conseguir fondos. En otras crisis se habían tomado decisiones políticas en el sentido inverso.
Ésta, en particular, se parece a otras crisis de principios del Siglo XX en referencia a que se ha visto afectada la confianza de los estadounidenses en su sistema bancario, algo que no pasaba desde entonces. El cierre o conversión de los principales bancos de inversión hace que el panorama del sistema financiero norteamericano vuelva a parecerse al que había hasta la década del 1920.
P: Se habla de recesión y depresión de la economía mundial pero, ¿a qué se refieren con eso?
JM: Son dos términos técnicos para definir una caída generalizada en el empleo, la producción y las ventas en una economía. La depresión suele implicar que luego de la caída no sobreviene una recuperación rápida (en forma de “v”) sino un período de estancamiento (en forma de “L”). Parece estar claro que las principales economías del mundo (EE.UU., Europa, Japón) están en recesión. Que eso se convierta o no en una recesión mundial depende de cómo se traslade el efecto a las economías en desarrollo. La última recesión en EE.UU. fue en 2001 y coincidió con una recesión, aunque leve, a nivel global (Argentina se llevó la peor parte). Este año parece plantearse un escenario similar, aunque, como todo, siempre podría empeorar.
JM: Digamos que es como la madre recogiendo los chiches y limpiando las paredes después de dejar jugar a los nenes sin decirles nada.
El tema es el rescate en sí, sino cómo se plantea. No se contrapondría si simplemente se tratara de darles plata y que el mercado se encargue (lo que probablemente terminaría en más demanda de fondos).
Se contrapone porque lo que se pretende es hacerse cargo de los activos de los que el mercado desconfía, comprándolos y esperando que las hipotecas se cobren o no y a cambio obteniendo el control de las instituciones financieras que requirieron de tal ayuda, a fin de obtener algún retorno en caso de ganancia. Es un reconocimiento de algo que se pensó que podría ser bueno (“cada norteamericano podrá ser dueño”) todavía no es posible.
Nota: http://www.psicofxp.com/articulos/politica-economia/840327-conceptos-claves-para-entender-la-crisis-financiera.html?utm_source=boletin_20081013&utm_medium=mail&utm_campaign=boletines
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